El arte tiene tantas respuestas y reacciones como personas hay en el mundo, pero es arte, precisamente, porque siempre nos enseña algo al mismo tiempo que remueve emociones y sensaciones que tienen que ver con impulsos más profundos.
Lo mismo le ocurre a la investigación artística: es pura diversidad, hibridación, experimentación y empirismo, al mismo tiempo, y así queda reflejado en este número: arquitectura olvidada, tecnologías distintas con fines distintos, visibilización y reivindicación, polisensorialidad; hay propuestas pedagógicas y también humanizadoras. Hay para todos los gustos, siempre siendo el arte, el motor y la inspiración.
Porque, al final, el arte es algo tan humano que no puede sino ser diverso, porque, aunque iguales, también somos diferentes; mas es cuando abrazamos esa diversidad, cuando todo funciona mejor y podemos hallar las respuestas que, por lo común, solo nos da el arte.