La fotografía es sin duda una fuente de referencias en cuanto a rasgos socioculturales y
temporales sobre las habitaciones y sus habitantes. Algunos artísticas como Menno Aden
(Room portaits, 2015) investigan los cuartos desde la fotografía cenital para observar nuevos
rasgos de estas habitaciones desde una perspectiva inusual que revela indicios sobre aspectos
formales como la organización, el color, la forma pero también sobre la estética del lugar como
los objetos, el orden/desorden, etc. El resultado es una serie de composiciones casi abstracta
pero a la vez humana porque a pesar de no contener ningún individuo su presencia se revela a
través de los objetos, la disposición de los muebles y la decoración haciéndonos comprender
algo intangible sobre sus modos ocupar y vivir el espacio.
La fotografía, mediante proyectos basados en la serie, permite captar retratos sensibles de
espacios y de personas que nos hablan de edades, culturas, costumbres generando un discurso
antropológico visual. En los años 90, la fotógrafa Adrienne Salinger ha documentado los
dormitorios de los adolescentes estadounidenses, pidiéndoles que poseen rodeados de sus
pertenencias personales con el objetivo de indagar sobre los patrones de esta etapa de vida
comprendida entre la niñez y la vida adulta y llena de contradicciones y ambivalencia. Son para
ella “depósitos de recuerdos, deseos y autoimagen”. James Mollison con su serie fotográfica
“where children sleep” (2011), realiza el mismo viaje fotográfico en la infancia, retratando
niños y niñas del mundo entero junto a su habitación, demuestra así las desigualdades
socioculturales y los diferentes modos de vida de una generación. John Thackwray combina
varias de estas propuestas en su proyecto “My room projet” (2010), donde fotografía hombres y
mujeres nacidos en los años 80 y 90, en todo el mundo, en los lugares donde duermen. Como
Meno Aden, fotografía de manera cenital para captar la totalidad del espacio y de sus detalles.
Al igual que los demás artistas sus fotografías son una indagación visual antropológica que
retrata una generación con su diversidad cultural pero comparte a la vez ideales y sueños.
Desde el mundo de la narrativa gráfica existen numerosas obras enfocadas a la generación
joven donde los protagonistas evolucionan en un ambiente cotidiano en el cual se representan
escenas en interiores donde la habitación en muchas ocasiones es el escenario principal de la
historia o por lo menos vuelve a aparecer de manera repetitiva como lugar de acción de la
narrativa. Nos permiten adentrarnos en el universo cotidiano de los jóvenes y entender sus
modos de vida así como la manera de dibujarla. “Aquel verano” de Mariko y Jillian Tamaki
(2014), “Scoot Pilgrim” de Bryan Lee O'Malley (2004-2010), “Ghost world” de Daniel Clowes
(2014) nos llevan al mundo de la adolescencia desde sus múltiples graficas que incorporar el
ambiente de las vivencias de una generación. Por otro lado Chris Ware con su libro “Building
stories” (2012) mediante una construcción axonometría nos introduce en las viviendas de un
edificio contándonos múltiples historias simultaneas. Por su lado, Richard McGuire con su
narrativa gráfica “Ctrl” expresa escenas cotidianas desde la vista en plano, simplificado la
acción en sus elementos esenciales.